jueves, 14 de mayo de 2009

SUPER HÉROES

En la vida cotidiana existe el SUPER HÉROE. Alejado de los arquetipos de los comic y de las películas norteamericanas, pero existe. La mayoría de las veces es anónimo, porque al meterse a separar en una pelea, evitar un robo, o una agresión a una mujer, el resultado de su acción no ha terminado con nadie en un hospital o, lo que es mejor, con nadie en el tanatorio.
Estos SUPER HÉROES salen a la luz cuando, como en el caso de Jesús Neira tiene que ser ingresado, y está varios meses en coma, por haber sido agredido cuando intentaba mediar en una agresión a una mujer. Esto mismo ha vuelto a ocurrir hace pocos días con Juan Pablo Urtizberea, al mediar también en una agresión a una mujer. Su hijo le dijo "papa, eres un SUPER HÉROE".
Estas dos personas, y todas los que no salen en las noticias porque, afortunadamente, no hay noticia, para mí, como para ese chaval, son SUPER HÉROES. Yo no sé lo que haría si presenciara un caso de estos. El ser humano es imprevisible en ciertos momentos. Posiblemente la razón me dijera que no me meta, pero el corazón me hiciera intervenir.
Pero voy a poner un ejemplo. Bueno, pues vale, intervengo en el altercado y me hago con el agresor pero, en el forcejeo, este recibe una puñalada y muere. Soy un SUPER HÉROE, he evitado una agresión posiblemente fatídica a una mujer, y ahora...ahora estoy seguro que soy inmediatamente detenido y puesto a disposición judicial. Como mínimo me paso unos cuantos, o muchos días en presión preventiva, a la espera de juicio, después de haber sido interrogado hasta la saciedad. Que hacia yo por allí, tenía algo que ver con la pareja, de donde venía y a donde iba... Con suerte, puedo salir a la calle bajo fianza de un dinero que no tengo y que, mi familia tiene que sacar de debajo de las piedras, para sacarme de la cárcel. Cuando salga el juicio, los abogados de los familiares del fallecido, habrán pedido una indemnización millonaria, a la que yo no puedo hacer frente, si soy declarado culpable de no se que figura jurídica que me achacarían. Soy el que queda vivo, el muerto no puede pagar las costas del juicio.
Y no quiero seguir imaginando más cosas, solo pido que si algún día mi corazón no hace caso a mi razón y actúo de SUPER HÉROE, prefiero recibir una cuchillada, a darla. Tal y como están las leyes en España, es preferible arriesgar el irte al tanatorio tu solo camino del cielo, que acabar en el infierno, tu y tu familia, aquí en la tierra.
Por cierto, cuando alguien vea, sentado en el sofá de su casa, las imágenes de una agresión en alguna cadena de TV, que piense en mi razonamiento antes de pronunciar la palabra COBARDES, refiriéndose a los que no han mediado.

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