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miércoles, 26 de agosto de 2009

MI GUERRA EN EL SÁHARA (VIII - ¿PUNTO Y FINAL?)

ANTERIOR ENTRADA: 10/11/2008

¿Punto y final? ahora mismo digo que sí, pero no estoy completamente seguro. Cuando empecé con estos artículos fue porque algo me llamaba para hacerlo y ahora no es así, llevo desde Noviembre del año pasado sin escribir una letra sobre este tema, y eso es mala señal. Tienes que escribir si estas motivado, o estas cabreado, o incluso si estas decaído, lo que no puedes escribir es si no te apetece y lo que no puedo es dejar esto abierto indefinidamente.
No se cual es el motivo, pero no encuentro la manera de seguir, así que lo mejor es zanjar el tema. ¿Puede que vuelva a escribir sobre el Sáhara? como he dicho al principio, no lo se... puede que vuelva a encontrar la motivación.
Muchas gracias a todos los que han seguido esta serie de artículos, uno de los motivos de cerrarlos, es por no tenerles eternamente esperando el siguiente capítulo.
PRÓXIMA ENTRADA: Quizás nunca.

lunes, 10 de noviembre de 2008

MI GUERRA EN EL SÁHARA (VII-MI TRABAJO).

ANTERIOR ENTRADA: 03/07/2008

En estos primeros días en el fuerte, te asignan el trabajo que vas a desempeñar. A mí me había tocado la Plana Mayor, que era la compañía de servicios. Luego estaba la 1ª Compañía, que se encargaba de las patrullas motorizadas por el desierto, y la Compañía de Camellos, que también patrullaba por el desierto, naturalmente en camellos (joder, dromedarios), y que estaba compuesta principalmente por nativos.
Las patrullas motorizadas, también llevaban nativos. Estos hacían de guías y observación. Los saharahuis, acostumbrados a la vida nómada en el desierto, tienen una vista privilegiada. Al final me vine sin saber si es verdad o leyenda, pero se decía que un nativo, cuando mirá a lo lejos, lo hace de diferente manera que nosotros. Nosotros arrastramos la vista, desde la posición en la que estamos hasta donde queremos mirar. Ellos, intuitivamente, primero miran a la lejanía, y luego arrastran la vista hasta su posición. La manera de focalizar es distinta. Ellos, en un momento, ya han identificado una caravana de camellos que está a 500 o 1000 metros.
A mí me mandaron a la Pagaduría ¿qué es eso de Dirección de Personal o de Recursos Humanos? Mariconadas modernas. Si es donde preparábamos las pagas mensuales, tanto para los de la mili, como para los oficiales y el personal nativo, pues eso, Pagaduría.
Edchera, era la cabeza del Grupo Nómada III y de ella dependían dos bases (Daora y Hagunía) avanzadas más. Las pagas se preparaban para las tres bases y, al final de mes, una vez efectuado el pago en nuestra base, se montaba una patrulla de dos días para ir a las otras dos bases.
Mi jefe directo era un sargento y el responsable era un teniente. No sé cuál de los dos estaba más “asirocado” (término que definía a alguien un poco trastocado). El sargento y yo, éramos los que nos currábamos el tema todo el mes y el teniente era el que luego asistía al acto de pagar y montaba la patrulla para ir a las otras dos bases.
Dos ejemplos de “asirocados”.
Yo tenía una cierta habilidad para usar la calculadora (máquina que realizaba las cuatro reglas básicas y con una palanca a la derecha, que tenías que bajar para que las realizará, no funcionaba, repito, no funcionaba con electricidad). Es decir, tecleabas el número, marcabas el signo de la operación y separabas la mano para tirar de la palanca). Una vez realizadas las nóminas (MUNAS), había que cuadrarlas. El sargento dictaba los números, yo tecleaba y se imprimía en un rollo de papel. Si no cuadraba, se punteaba la Muna con los datos que yo había tecleado y se veía donde estaba el error. Normalmente, siempre cuadraba. El sargento, cada vez dictaba más deprisa, y siempre cuadraba. Creo que para él era un reto que yo me equivocara, y a veces lo conseguía, pero para mí era un reto que cada vez dictara más deprisa y se quedara sin voz, no lo conseguí. También creo que, en algunas ocasiones, me dictaba números cambiados, pero yo no me iba a poner a discutir. Entonces, llegó un momento en el que creo que me exhibía (no sé si con apuestas por el medio), y aparecían dos o tres colegas suyos cuando estábamos con las sumas, y se plantaban delante solamente para ver lo que hacíamos, constataban los hechos y se iban. Yo creo que el sargento, esa noche, tenía pagadas las copas.
El otro tema era el teniente. Se presentaba cuando íbamos a pagar con juguetes de plástico como serpientes, arañas, calaveras, etc. Y de que iba el tema, pues que los nativos saharahuis eran muy supersticiosos. Llamábamos al nativo que tenía que cobrar. Mientras firmaba, o similar, el teniente sacaba despacio la calavera de debajo de la mesa, el nativo, cuando la veía, salía corriendo y... risas en general. Media hora para convencerle de que entrara a coger su dinero. Y así todos los meses.
La verdad es que en un fuerte, en mitad del desierto, en mitad de la nada, cualquier pequeña cosa, por insignificante que te pueda parecer, en algún momento, puede hacerte reír o llorar.
SIGUIENTE ENTRADA: 26/08/09

sábado, 11 de octubre de 2008

LAS PATATAS FRITAS

Me acaba de pasar una cosa muy curiosa y, como idiota que he sido, te lo cuento por si puedo evitar que hagas tu el idiota.
No voy a entrar en detalles de como, cuando y porqué. Me remito al tema simple y duro. He comprado una bolsa de patatas fritas.
Como puedes observar, en función de los objetos del entorno, la bolsa es grande.






También puedes ver que está casí llena. Bueno... el típico porcentaje de aire en el embase.







Pero, en realidad, cuando la abres, esto es lo que te encuentras.


La verdad es que no engañan. Cuando te sientes estafado, lees lo que pone en la bolsa buscando donde puedes agarrarte para reclamar y, menos que eres imbecil, el resto te lo indican.

martes, 5 de agosto de 2008

CUÉLLAR (LOS ENCIERROS)


He leído que se ha concedido el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional a los encierros de Cuéllar. He entrado en la página oficial del Ayuntamiento y lo confirman en una breve nota:
“Con fecha de 30 de junio de 2008 se ha recibido la concesión por parte del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional a la celebración de Nuestra Señora del Rosario "Los Encierros" de Cuéllar.”
Cuéllar es un pueblo de Segovia a 60 kms de la capital. Tiene unos 10.000 habitantes y es donde nació mi madre y donde, en mi niñez, pasé gran parte de los veranos. Se puede decir que he mamado las fiestas de Cuellar. Además, casualidades de la vida, nos conocimos mi mujer y yo.
Así que me ha dado por contarte como es esta fiesta, que nada tiene que envidiar a la de Pamplona (mas bien al revés), más famosa esta por ser una capital de provincia y por las crónicas periodísticas de Ernest Hemingway.
Estos encierros son los más antiguos de España. Otras poblaciones han intentado desmentirlo pero, hasta el momento, solo Cuéllar ha podido aportar documentos que lo verifican.
Las fiestas comienzan, el último sábado de Agosto (hasta 1912 se celebraban en Julio) con el “chupinazo”, el pregón y el desfile de las peñas. El primer encierro es el domingo siguiente.
Los encierros de Cuéllar tienen la particularidad, de que hay tres encierros en uno. Me explico.
Primera parte: Los toros duermen en unos corrales, a 3 Kms. del pueblo, en el puente del río Cega, en medio de un mar de pinos. A las 8 de la mañana una gran cantidad de personas a pie y a caballo (cada año más de estos últimos) se concentran a las puertas de los corrales a esperar ”la Suelta”. La manada de toros y cabestros, salen corriendo de los corrales siendo citados por los mozos, parapetados detrás de los pinos. Mientras, los caballistas, tratan de pararlos y que no se dispersen.
Segunda parte: Una vez conseguido, marchan despacio acompañando a la manada hasta, "el Descansadero" en el rastrojo de las Hontanillas, donde la manada descansa y los caballistas reponen fuerzas. Un poco antes de la 9 y media, los caballistas llevan a la manada hasta “el Embudo”. Garrocha en ristre, azuzan a la manada para que entre por las talanqueras, donde les esperan los mozos para empezar sus carreras.
Tercera parte: Este es el recorrido urbano, lo de todos los encierros. Tiene una longitud de 1,5 Kms. Antes, mientras estás esperando impacientemente en el recorrido, se desarrolla el baile de la Rueda al son de dulzaina y tamboril. Cuando se acerca la hora, empiezan los amaguillos. Esto es simular la llegada del encierro, lo que provoca las primeras carreras en los corredores poco experimentados. Por fin llega la manada... carreras, pisotones, caídas, salto de talanqueras... cada uno hasta donde pueda y como pueda.
Ya están en la plaza, ya han entrado en los toriles. Ahora hay suelta de vaquillas (la probadilla), pero la mayoría de los corredores se van a los bares, a sus casas o a las peñas a almorzar y comentar las mejores jugadas. Después de esto queda el resto del día...y de la noche. Pero si quieres correr al día siguiente, pronto a la cama.

Al día siguiente... otro encierro igual, pero te puedo asegurar, que totalmente distinto.

Cuéllar en fiestas es una población en la que nadie es forastero. Pero, no vayas, lo mismo no te lo pasas bien.

jueves, 3 de julio de 2008

MI GUERRA EN EL SÁHARA (VI-LAS NOVATADAS)

ANTERIOR ENTRADA: 3/06/2008

Esta entrada será un poco más larga de lo habitual, pero es que quiero intentar que entiendas bien lo que sucedía y además, teniendo en cuenta donde estábamos.
Efectivamente, como decía en el capítulo IV, el primer día no pegamos ojo. Ni el siguiente, ni el otro, ni la primera semana... Esto que te cuento ahora es ciencia-ficción, ya que en la mili estaban prohibidas las novatadas, así que imagínate que me lo he inventado o que lo he soñado, pero solo imagínatelo.
Para situar la acción te describiré los barracones donde dormíamos. Esta vez si que eran de obra, no de madera como en el Campamento, y estaban configurados de la siguiente forma; la puerta de entrada estaba en el centro, con lo cual, al entrar en el barracón, este se dividía en dos partes. A la izquierda, camas individuales para los abuelos, a la derecha literas. Las camas de arriba de las literas eran para los padres, las de abajo, evidentemente, para los recién llegados. Según se iban licenciando reemplazos, las camas se iban heredando, hasta llegar a disfrutar de una cama en la zona de la izquierda. Cuanto más a la izquierda estaba tu cama, mas “galones” tenías.
Esta configuración tenía su motivo. Además de marcar las jerarquías, era tener un mejor acceso para dar la pastilla (putear) a los reclutas.
La pastilla más habitual era el llamado convoy. Se trataba de entrar en el barracón y volcar los colchones de las camas de los reclutas, evidentemente con recluta incluido. Como esto se hacía sigilosamente, el recluta no se enteraba hasta que estaba en el suelo, con el colchón encima y sin saber lo que había pasado. Levantate, haz la cama como puedas, y a tratar de dormir. Luego ya sabes lo que está pasando, sobre todo cuando te lo hacen cuatro o cinco veces cada noche. Al final, simplemente pones el colchón encima del somier, te echas la ropa de cama por encima y hasta la siguiente vez.
Otra de las incursiones nocturnas era que te despertaban, con una linterna apuntándote a los ojos, y te hacían beber un brebaje, que a saber lo que tenía. Bueno si lo sé, yo sobreviví y fui veterano, pero no te lo cuento. La verdad es que, según los reemplazos, variaba el cóctel.
Esto era por las noches. Por el día, el recluta era lo menos de lo menos. Por ejemplo, servías el agua en el comedor y recogías los platos de tu grupo (cada grupo de veteranos, elegía un recluta como “machaca” y te debías a ellos); si pedían voluntarios para cualquier cosa, los primeros en presentarse tenían que ser los reclutas, etc. Si alguno desobedecía a un veterano, el castigo normal eran los petatazos. Esto consistía en ponerte de pie, inclinarte hacia delante apoyado en algo y recibir en el culo el número de golpes, dados con un petate, que te hubiesen asignado como pena.
Si la falta era más grave, se iba a juicio. Esto se montaba cuando ya habían pasado 15, 20 ó 30 días y el recluta estaba hasta los... de sufrir putadas. Siempre había un recluta que se revelaba y montaba alguna. Entre los veteranos se formaba el tribunal de abuelos, se nombraba fiscal (un padre) y defensor (un recluta) y se celebraba la causa con una parte del público vociferante (abuelos y padres) y otra parte en silencio y expectante (reclutas). La pena que se pedía siempre, era la horca, y siempre el recluta resultaba culpable. La sentencia se ejecutaba en el momento. El procedimiento era el siguiente. Entraba el verdugo (con capucha negra incluida), se acercaba al recluta y le dirigía al centro de la sala. Allí, soga con nudo de horca colgada de una viga, silla debajo, el recluta se sube a ella, se le pone una capucha, se le anuda la soga, el verdugo tira de la cuerda para que se note la tensión en el cuello y... patada a la silla. Sencillo verdad. Bueno, el caso es que, el verdugo siempre soltaba la cuerda (por lo menos mientras yo estuve allí), el recluta caía al suelo y se iba, cagado de miedo, entre las risas de todos. El recluta había aprendido una lección (¿?).
Yo como recluta, caí en el grupo más “cañero”. Lejos de lo que pueda parecer, fue una suerte. Recibía novatadas, pero nada comparado con el resto ya que estaba “protegido” por el grupo y además, aprendía deprisa. Posiblemente aquí cambió mi suerte en la mili.
Bueno, pues nada, como sueño o invención mía no está mal, verdad. Yo, siempre negaré que sufriese estas cosas, y mucho menos, que las hiciera.

SIGUIENTE ENTRADA: 10/11/2008.

martes, 3 de junio de 2008

MI GUERRA EN EL SÁHARA (V-GRUPO NÓMADA III-EDCHERA).

ANTERIOR ENTRADA: 20/05/2008

Antes de seguir con mi relato quiero situarte en el lugar. Como ya te he dicho, el fuerte estaba situado en mitad de la nada. Era un recinto cuadrado con las construcciones principales en el centro. Como se ve en la foto, (por cierto, fijate en el paisaje tan bonito que se ve desde el fuerte hasta el horizonte) a la izquierda de la entrada principal, estaba situado el Cuerpo de Guardia, el calabozo y, un poco más allá, la cantina y la residencia de oficiales. A la derecha, el botiquín y el economato. Bueno, puede que no sea exacto, pero casi; han pasado muchos años y lo difícil es que me acuerde de algo, así que de detalles, ni te cuento.
En el centro del recinto los dormitorios, las duchas, los talleres, algunas oficinas, la capilla, el comedor, etc. Esas edificaciones que ves, con una cúpula como tejado (las llamábamos huevos), eran diferentes dependencias. Albañiles, fontaneros, despachos...
Aquí habitábamos 300 personas. Éramos, aproximadamente 150 nativos saharauis y 150 europeos. Así era como nos llamaban los nativos. Los saharahuis pertenecían al ejército español y estaban como profesionales, no como nosotros que estábamos en la mili. Vivían con sus familias, en el campamento de haimas fuera del fuerte, pero tenían todos los derechos como nosotros. Tanto ellos como sus familias, compraban en el economato y tenían asistencia médica en el ambulatorio (bueno, el botiquín). La verdad es que nos llevábamos de puta madre.
La foto está hecha desde el techo de, no recuerdo si era la 1ª Compañía o las duchas. Fíjate en el recipiente redondo que hay en primer plano y en el de la izquierda. Esto estaba en todas las edificaciones y era donde se almacenaba el agua que, unos camiones cisterna, se encargaban de rellenar periódicamente. Este agua era, como decirlo... semi salada. Para beber se usaba otra, bastante más escasa, y que se cuidaba como el oro. Esta que te cuento, era utilizada para servicios, duchas, lavaderos... Como será que, para ducharme usaba una especie de gel que vendían en el economato, o incluso champú, el jabón no hacía espuma. Eso si, a pesar de las dificultades, allí te duchabas por lo menos una vez al mes, aunque no te hiciese falta. Es broma...o casi.

RECORDATORIO:
Si pinchas en las fotos, se ven más grandes.
SIGUIENTE ENTRADA: 03/07/2008

martes, 20 de mayo de 2008

MI GUERRA EN EL SÁHARA (IV- LA JURA DE BANDERA Y LA INCORPORACIÓN A TROPAS NÓMADAS)

ANTERIOR ENTRADA: 31/03/2008

El 23 de Marzo de 1973 se celebró la Jura de Bandera. En la península, este suele ser un día especial, dentro de lo que es la mili, ya que tu familia y amigos van a verte, y lo normal es celebrar luego una gran comida familiar. Si te quedas en el campamento, la comida es distinta a la del resto de días, incluso es buena y, normalmente, te dan unos días de permiso antes de incorporarte al destino definitivo.
En el Sáhara, esto no tiene por que ser así. ¿Quién se puede desplazar hasta allí, para ver la Jura de Bandera de su hijo o amigo?. La verdad es que, muy pocos. Así que, de comida familiar nada de nada. De permisos tampoco. De todas maneras ¿adonde íbamos a ir?, así que, después del acto oficial de la jura y de los discursos de rigor, a comer en el campamento.



Aquí puedes ver el menú de ese día (no vale reírse) y, además, estaba bueno. Imagínate como era a diario.
Por cierto, en la arenga final, nos dijeron que éramos el mejor reemplazo que había pasado por el BIR nº 1. Luego, mi amigo el cabo 1ª me comentó que eso lo decían siempre.



El 1 de Abril de 1973 de nuevo me encuentro subido en un camión, esta vez por el desierto, con destino a Edchera, base del Grupo Nómada III.
Un poco antes de llegar, alguien en el camión dice “mira, debe ser aquello”. Y, efectivamente era aquello. A ver si consigo describírtelo... bueno, mejor observa la foto primero.
Esto estaba en mitad de la nada. En la foto no se ve, pero había un “poblado” de haimas por fuera de la base y, unos metros más alejado, el corral de los camellos (perdón, dromedarios). Por lo demás, lo que ves.
Al entrar por la barrera del cuerpo de guardia, alguien nos da amablemente la bienvenida gritando ¡os vais a enterar putos reclutas!. Coño, que gracioso. El camión sigue avanzando y un soldado, con pantalón corto, camisa sin mangas, sandalias calzadas en unos pies con más mierda de la que te puedes imaginar y, con un sierra en la mano, nos saluda con el gesto de cortarse la garganta; a su lado otro, de igual guisa, agita su mano derecha con el dedo pulgar mirando hacia abajo. ¡Joder que cariñosos son por aquí!.
En ese momento no eramos conscientes de que, en eso que estábamos viendo, nos convertiríamos con el paso del tiempo.
Esa noche, los nuevos reclutas, no pegamos ojo. Pero esto... ya te lo contaré.
RECORDATORIO:
Si pinchas en las fotos se ven más grandes.

SIGUIENTE ENTRADA: 3/06/2008

lunes, 31 de marzo de 2008

MI GUERRA EN EL SÁHARA(III-LA ENTREGA DE LA CARTA Y EL DESTINO DEFINITIVO)

ANTERIOR ENTRADA 16/02/2008


Pasaban los días y yo no había sacado la carta. Tampoco tenía muy claro que contestar cuando me dijeran donde quería ir (iluso de mí).
Ya habíamos tenido dos presentaciones para tratar de reclutarnos voluntariamente; una de los paracas y otra de La Legión. Eran como esos eventos de fin de semana en los que te intentan vender una multipropiedad. Nos reunían, ponían diapositivas, contaban anécdotas... Me acuerdo, sobre todo, de la presentación de La Legión. Las instalaciones que se veían eran espectaculares. Cocinas, dormitorios, duchas, etc. inmaculados, además de gimnasio y piscina en el cuartel. Comparar donde estábamos, y eso que nos contaban, era como un hostal de carretera y un Parador Nacional. Hubo gente que se apuntó. Pero pensando un poco... ¿quién tenía eso tan inmaculado? La respuesta es sencilla, los nuevos reclutas que llegan. Allí no hay servicio de limpieza y lavandería, como lo hay, incluso, en un hostal de carretera. Así que a esperar a ver que pasa con mi destino.
Por mediación de un Cabo 1ª, con el que tenía una cierta amistad y al que le había contado lo de la carta, pude tener una charla con el “pater” del BIR. Le conté la historia, y consiguió que me recibiera el (no me acuerdo la graduación que tenía) que mandaba en el BIR.
La entrevista fue breve.
- Así que... conocido del Capitán General de Canarias. ¿Eres familia?.
- No señor, yo no le conozco de nada.
- Entonces, esta recomendación ¿de donde viene?.
- De un amigo de mi padre.
- ¿Tu padre es militar?
- No señor, es bombero.
¡¡¡Seré pardillo!!!. Si es ahora, le digo que soy hijo secreto del Capitán General de Canarias y que si, por su culpa, se entera su santa esposa, hará un curso de Conde en un castillo en La Gomera. Estoy seguro de que no habría llamado para comprobar mi historia.
Pocos días antes de la jura de bandera, se daban los destinos. Yo, todavía, tenía esperanzas de que me tocara algo de lo que había solicitado. Automóviles (pretendía sacarme todos los permisos de conducir posibles y, hacer algo que me apasionaba, llevar cualquier cosa con cuatro ruedas o más y que tuviera motor). El otro destino que solicité, y no sé muy bien por qué, fue helicópteros. Claro que, dada la oferta que había, era de lo más novedoso.
Llegó el día de dar los destinos. Nos reunieron a todos en la explanada del BIR, y a cantarnos donde vamos. Venga a cantar, venga a cantar y yo, no salía. Por fin salí. AGRUPACIÓN DE TROPAS NÓMADAS. ¡¡¡Y eso que es!!! pregunté a mi amigo el cabo 1ª; pues mira... después de los paracas y los legías, el peor destino. Te vas a pasar en el desierto, el resto de lo que te queda de mili.
¡¡¡JODER CON LA CARTA DE RECOMENDACIÓN!!!
SIGUIENTE ENTRADA: 20/05/2008

sábado, 16 de febrero de 2008

MI GUERRA EN EL SÁHARA (II-EL PERIODO DE INSTRUCCIÓN)

ANTERIOR ENTRADA 8/02/2008

Bueno pues allí estaba yo saliendo del aeropuerto del Aaiún, montado en un camión de la Legión, que eran los encargados de transportarnos al BIR nº 1, en la playa del Aaiún. El campamento era un recinto muy grande, con una gran explanada donde se celebraban los actos oficiales como la Jura de Bandera. Nuestros alojamientos eran barracones de madera pintados de verde y las ventanas de blanco con, por supuesto, literas para dormir. A mí me tocó la 4ª Compañía.
Los primeros días pasan deprisa y sin hacerte a la idea de lo que está pasando. Te lo tomas como un campamento de verano. Te dan la ropa, vas conociendo nuevos amigos, te arengan sobre lo que sí y lo que no hay que hacer, un poco de ejercicio haciendo los primeros pasos de la instrucción, etc. Poco a poco esto se va intensificando. Empiezan las vacunas, te das cuenta que la comida es bastante mala, la instrucción se intensifica y, sobre todo, que llevas 15 días sin salir a la calle. Y cuando digo a la calle, no digo a la explanada a hacer la instrucción. Preguntando, nos enteramos que, hasta por lo menos un mes, no nos darán el primer permiso para salir del cuartel. ¡Pues que alegría!.
A todo esto, si os acordáis, yo llevaba la carta de recomendación del Capitán General de Canarias. No encontraba el momento de enseñarla y mucho menos a quien. No quería precipitarme y sobre todo que alguien me cogiera ojeriza ¡coño un enchufado! ¡se va a enterar este!. Una cosa que si tenía clara, era el pasar lo más desapercibido posible.
Había pasado un mes y ya habíamos realizado algunas conquistas de dunas, a base de correr, cuerpo a tierra y disparar, correr, cuerpo a tierra y disparar... y la primera marcha de 50 kms. (ida y vuelta) con todo el equipamiento y dándonos panzazos contra la arena cada vez que alguien tocaba un pito. Esto era por que se suponía que nos atacaba la aviación. ¿Pero es que el del pito no se cansa?. ¡¡¡Joder, como el no llevaba el arsenal que cargábamos nosotros y encima no se tiraba!!!. Bueno a lo que iba. Nos dieron el primer permiso. Yo solo salí luego otra vez durante el campamento. Aprendí que no se puede salir como borregos en manada. Imaginar el primer día de salida de tropecientos soldados, después de un mes de reclusión, en una ciudad como el Aaiún y con la pequeña salvedad de que, la policía militar era de la Legión.
¡¡¡Cómo echaba en falta Moncloa y mis amigos, e incluso a los "grises"!!!
SIGUIENTE ENTRADA 31/03/2008

viernes, 8 de febrero de 2008

MI GUERRA EN EL SÁHARA (I-EL INICIO)

Era un 19 de Enero de 1973. Pasado el medio día, aterrizaba, en el aeropuerto del Aaiún, capital del Sáhara Español, el avión (DC3) que me trasladaba desde Madrid para incorporarme al servicio militar.

Atrás dejaba la confortabilidad de mi casa, mi familia, mis amigos, mi trabajo y una medio novia, que por cierto, me puso unos cuernos enteros aprovechando la ausencia, para enfrentarme a 14 meses de yo no sabía que.

Todo había empezado unos meses antes cuando mi padre y mi amigo Álvaro (ya hablaré más de el) fuimos a un cuartel en El Pardo, donde se celebraba el sorteo de la mili. Antes de entrar, tomando un café (y mi padre una copita de Chichón), me decían ¡¡¡mira que si te toca Melilla!!!, ¡¡¡ hombre, no creo !!! con la cantidad de destinos que hay... Bueno, pues yo no andaba muy desencaminado, no me tocó Melilla, me toco el Sáhara, tercer reemplazo, incorporación en Julio de 1973... anda que vaya oráculo que estoy hecho.

Yo no sé lo que dormiría mi padre esa noche, y sobre todo mi madre, pero yo me acuerdo que no pegué ojo dándole vueltas al asunto.

Pasados unos días, pensé que esperar casi año para incorporarme, dando vueltas a cosas como ¿donde me mandan? ¿por qué a mí ? ¿esto no es justo?, etc. era mucho, así que decidí pedir el cambio de reemplazo para irme lo antes posible. Me lo concedieron. Incorporación 17 de Enero de 1973.
Dias antes de mi marcha, mi padre se había estado moviendo y me consiguió, por un Capitán conocido suyo, una carta de recomendación del Capitán General de Canarias, que era el que tenía el mando sobre el Sáhara Español. Con ella en el bolsillo yo me sentí mas seguro. Está bien... pensé, dentro de lo malo, tendré un buen destino.

También mis amigos prepararon una fiesta, de la que no voy a hablar por si alguien se siente aludido y esto lo leen sus actuales parejas, pero si os diré que es donde se acuño el término "irme a la guerra" que dará título a estos artículos. Efectivamente, hacer la mili en la península, y sobre todo en Madrid, suponía un mejor destino, pase pernocta para dormir en casa, comer los guisos de tu mami, copas con los amigos, pero ¿y en el Sáhara?. Bueno, ya os lo contaré.

Para terminar esta primera parte, os diré que el día de incorporarme (17 de Enero), tenía que estar dos días en un cuartel, en la carretera de Extremadura, hasta que me tocara embarcar en el avión que me llevaría al Sáhara. Nuevamente mi padre se movió, no se como lo hizo, pero consiguío sacarme de aquel cuartel y que me fuera para casa, y volví el día (19 de Enero) que salía el avíon.

Por cierto, mi padre no era militar, como a lo mejor podría parecer y por lo que podría haber tenido algún tipo de prevendas, era conductor del cuerpo de bomberos de Madrid.
SIGUIENTE ENTRADA 16/02/2008