lunes, 31 de enero de 2011

LA REVOLUCIÓN DEL PUEBLO

Siempre que una revolución ha triunfado, ha salido desde las entrañas del pueblo. Sin partidos políticos que las provoquen, sin líderes religiosos que recen por ellas, del pueblo sencillamente, de boca en boca, ahora ayudados por Internet o por la telefonía móvil, pero sin intermediarios.
En Francia pasó, sin ayuda de Internet, pero pasó, y esto no hizo cambiar al resto de monarquías europeas del momento, pero si ayudó a la democratización de muchos países.
Esto es un poco lo que ha pasado en Túnez, donde también, a los dos días de protestas callejeras, se unieron las fuerzas policiales, que incluso se manifestaron por su cuenta, y donde los militares se mantuvieron al margen, resultado, el dictador y casi todos sus aláteres, fuera de la escena política y del país. Ahora queda mucho por hacer, pero está naciendo una nueva Túnez, a la que hay que dispensarla muchos cuidados, como a cualquier bebe.
Como consecuencia de esto, otros países con gobiernos que se perpetúan en el poder y que se lo pasan de padres a hijos, enriqueciéndose a base de corrupción, mientras el pueblo pasa hambre, han tomado nota y ya ha empezado a despertar, como es el caso de Egipto. Aquí las fuerzas policiales y los militares, por el momento no han tomado partido y, aunque hay muchos que dicen que desobedecerán cualquier orden de disparar contra la población, también hay otros estómagos agradecidos que, por el momento, están de parte y a las órdenes del dictador. Espero y deseo que también aquí haya un final feliz, donde los heridos y muertos sean los menos posibles.
Y lo espero porque si se triunfa, será un modelo a seguir, pero si fracasa dirán lo de siempre, “te das cuenta…nosotros o el caos”.
Yemen, Arabia Saudí, Jordania, Siria… Están en el ojo del huracán, es más, el mundo entero está pendiente de lo que está pasando, algunos con esperanza, otros con preocupación. En países, en especial los del norte de África, que en años no han movido un dedo por su gente, han tomado medidas urgentes para tratar de parar “sus revoluciones domésticas”. Marruecos y Libia ha aprobado, con carácter de urgencia, apresurar sus reformas internas y aumentar las ayudas sociales a la población. Otros como Argelia también está a la espera, aunque aquí, los militares están muchos más próximos al poder, y la población teme una nueva guerra civil.
El problema añadido en estos países, es la gran implantación de los partidos islamistas que, aunque perseguidos en algunos, tienen un alto poder de convocatoria. No sería bueno, lo que aquí llamamos, salir de Málaga y meterse en Malagón.
Otros países no de la zona, tratan de poner sordina a todo esto. Pequín, por ejemplo, ha bloqueado la palabra Egipto en la RED.
Una vez conseguido el desalojo de los gobernantes y de otros corruptos, sí hay que dar paso a los políticos, pero para que formen un gobierno desde las urnas y organicen y lleven a buen puerto la nave que el pueblo a puesto en sus manos, pero eso sí, que nunca se olviden que el pueblo está ahí. De los líderes religiosos no me he olvidado, a estos nunca hay que darles cancha en los destinos de un país, cada uno a lo suyo, libertad total de religión, pero el que quiera ir a sus templos, perfecto para ellos, el que no quiera, no debe nunca ser estigmatizado.
Y una reflexión mía, perversa ¿y se todo esto lo ha montado Zapatero para desviar la atención internacional hacía España?.

lunes, 10 de enero de 2011

ALTO EL FUEGO PERMANENTE, GENERAL Y VERIFICABLE

¡¡¡ JA !!! esa ha sido mi expresión cuando me he enterado de lo que, esta banda de delincuentes organizados, ha lanzado hoy como un nuevo comunicado.
¿Alto el fuego permanente? ¡ JA ! hasta que quieran ellos. ¿De carácter general? ¡ JA ! habría que matizar lo que, para ellos, es de carácter general. ¿Verificable internacionalmente? ¡ JA ! aquí habría que saber que consideran, ellos verificable, y a quien consideran verificador.
Aquí faltan muchas cosas, como no poner condiciones previas, mostrar cierto arrepentimiento por las victimas causadas durante tantos años, abandono y entrega paulatina de las armas, etc., etc. y etc.
Por desgracia no me lo creo, con pena nuevamente, pero no me lo creo. Han sido muchas veces a lo largo de los años; han seguido habiendo víctimas detrás de cada rotura de una tregua; han sido muchas patrañas.
Por desgracia, para mí, para España, para el País Vasco… no me lo creo.