Veamos como empiezo y, sobre todo, como termino este artículo. Estoy tan indignado, tan asqueado, tan cabreado, que no me gustaría que los árboles me impidieran ver el bosque, y nunca mejor dicho.
Hablo de un sitio que conozco, el Valle del Tietar en Ávila, ahora devastado por un incendio que ha quemado 5.000 hectáreas de pino, monte bajo, higueras, viñas, castaños, cerezos... y sobre todo la pérdida de dos vidas humanas. Pero podría hablar de cualquier otro sitio dentro de las 75.000 hectáreas quemadas, hasta el momento, por el fuego en todo el territorio nacional en lo que llevamos de año 2009, un 80% mas que en todo el año pasado.
Hablo del Valle del Tietar porque lo conozco, he hablado con sus gentes y se veía venir. Hasta ahora ha habido suerte... hasta ahora. “Los incendios se apagan en invierno” se ha dicho de toda la vida ¿por qué?. Menos las distintas administraciones, parece ser que lo sabe todo el mundo. Porque antes se subía al monte a recoger leña y piñas para el invierno, para que en las lumbres bajas y en las cocinas se pudiera guisar y dar calor a las casas, se desbrozaba y se limpiaba de ramas secas y estaban mantenidos los cortafuegos, Y GRATIS. Ahora está prohibido, el SEPRONA te puede poner una multa por coger una bolsa de piñas.
Vale, está prohibido, pero alguien tendrá que hacerlo. Bueno, pues no, es como el perro del hortelano que “ni lo come ni lo deja comer”. El suelo de estas 5000 hectáreas que han ardido en el Valle del Tietar, eran una alfombra de hojas y ramas secas, tarambujos, piñas... era como la pólvora.
Se han realizado importantes inversiones en extinción de incendios forestales, no digo que no, pero nada o casi nada en prevención, a tenor de los resultados. Y si alguien me dice que sí se ha invertido en prevención, yo le digo MAL INVERTIDO, no ha servido para nada. Sin contar las vidas humanas, que es mucho no contar, ¿cuántos millones de euros ha costado a las distintas administraciones la extinción de las 75000 hectáreas?, se les llena la boca al hablar de los medios disponibles, aviones, helicópteros, camiones de bomberos, máquinas escavadoras, miles de militares, personal civil subcontratado, etc. Sin contar las indemnizaciones por los fallecidos, que es mucho no contar, ¿cuántos millones de euros costarán las indemnizaciones a propietarios de casas y fincas?, ¿Cuántos millones de euros costarán acondicionar el terreno y repoblar las 75000 hectáreas quemadas?.
Con menos de esto, mucho menos, se puede comprar material y crear cuadrillas (creación de empleo), más o menos numerosas, en cada ciudad, en cada pueblo, en cada aldea, que se encarguen del mantenimiento de los montes durante TODO el año. ¿Se evitarán los incendios forestales? No, no estamos libres de la caída de un rayo o de la acción de un descerebrado pero, posiblemente la extinción sería mucho más eficaz y se minimizarían las consecuencias.
Replantar un árbol es fácil pero, para que sustituya al de 60 años que se quemó, tendrán que pasar 60 años. Las vidas humanas no se pueden replantar.
La vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega, nos ha pedido hoy que extrememos las precauciones por el alto de riesgo de incendios. Pues sí, Dª Maria Teresa, algunos llevamos años haciendo nuestros deberes, no hacemos barbacoas, no quemamos rastrojos, no tiramos colillas y cristal en el suelo de un monte, recogemos la basura; creo, que los que no han hecho los deberes son otros, dígaselo a su jefe, que en la última evaluación no ha aprobado.
Hablo de un sitio que conozco, el Valle del Tietar en Ávila, ahora devastado por un incendio que ha quemado 5.000 hectáreas de pino, monte bajo, higueras, viñas, castaños, cerezos... y sobre todo la pérdida de dos vidas humanas. Pero podría hablar de cualquier otro sitio dentro de las 75.000 hectáreas quemadas, hasta el momento, por el fuego en todo el territorio nacional en lo que llevamos de año 2009, un 80% mas que en todo el año pasado.
Hablo del Valle del Tietar porque lo conozco, he hablado con sus gentes y se veía venir. Hasta ahora ha habido suerte... hasta ahora. “Los incendios se apagan en invierno” se ha dicho de toda la vida ¿por qué?. Menos las distintas administraciones, parece ser que lo sabe todo el mundo. Porque antes se subía al monte a recoger leña y piñas para el invierno, para que en las lumbres bajas y en las cocinas se pudiera guisar y dar calor a las casas, se desbrozaba y se limpiaba de ramas secas y estaban mantenidos los cortafuegos, Y GRATIS. Ahora está prohibido, el SEPRONA te puede poner una multa por coger una bolsa de piñas.
Vale, está prohibido, pero alguien tendrá que hacerlo. Bueno, pues no, es como el perro del hortelano que “ni lo come ni lo deja comer”. El suelo de estas 5000 hectáreas que han ardido en el Valle del Tietar, eran una alfombra de hojas y ramas secas, tarambujos, piñas... era como la pólvora.
Se han realizado importantes inversiones en extinción de incendios forestales, no digo que no, pero nada o casi nada en prevención, a tenor de los resultados. Y si alguien me dice que sí se ha invertido en prevención, yo le digo MAL INVERTIDO, no ha servido para nada. Sin contar las vidas humanas, que es mucho no contar, ¿cuántos millones de euros ha costado a las distintas administraciones la extinción de las 75000 hectáreas?, se les llena la boca al hablar de los medios disponibles, aviones, helicópteros, camiones de bomberos, máquinas escavadoras, miles de militares, personal civil subcontratado, etc. Sin contar las indemnizaciones por los fallecidos, que es mucho no contar, ¿cuántos millones de euros costarán las indemnizaciones a propietarios de casas y fincas?, ¿Cuántos millones de euros costarán acondicionar el terreno y repoblar las 75000 hectáreas quemadas?.
Con menos de esto, mucho menos, se puede comprar material y crear cuadrillas (creación de empleo), más o menos numerosas, en cada ciudad, en cada pueblo, en cada aldea, que se encarguen del mantenimiento de los montes durante TODO el año. ¿Se evitarán los incendios forestales? No, no estamos libres de la caída de un rayo o de la acción de un descerebrado pero, posiblemente la extinción sería mucho más eficaz y se minimizarían las consecuencias.
Replantar un árbol es fácil pero, para que sustituya al de 60 años que se quemó, tendrán que pasar 60 años. Las vidas humanas no se pueden replantar.
La vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega, nos ha pedido hoy que extrememos las precauciones por el alto de riesgo de incendios. Pues sí, Dª Maria Teresa, algunos llevamos años haciendo nuestros deberes, no hacemos barbacoas, no quemamos rastrojos, no tiramos colillas y cristal en el suelo de un monte, recogemos la basura; creo, que los que no han hecho los deberes son otros, dígaselo a su jefe, que en la última evaluación no ha aprobado.
Foto: Diario de Ávila Digital.
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